4. Eslabones de la cadena de socorro

Entre la víctima y la atención médica especializada pueden intervenir una serie de per­sonas (eslabones) que deben ser informadas, formadas y entrenadas para garantizar la rapidez y eficacia de la actuación frente a emergencias.

Entre ellas se encuentran: los testigos, el telefonista de la empresa, el socorrista, etc.

 

 

El/La socorrista

No es posible concretar cuántos socorristas se requieren por número de trabajadores. El “número suficiente” depende de otros muchos factores. Una cifra orientativa para situa­ciones de riesgo bajo (por ejemplo, oficinas) es de un socorrista por cada 50 trabajadores por turno. Este número debe considerarse como mínimo en el resto de situaciones. A ve­ces, es conveniente disponer de dos socorristas por grupo de trabajo (por ejemplo, traba­jo con máquinas o herramientas peligrosas). En todo caso se debe disponer, en cualquier momento, de una persona encargada de la actuación en situaciones de emergencia.

 

Factores a considerar

El número de trabajadores.

La estructura de la empresa (superficie, naves, plantas…).

La distribución de los trabajadores en la empresa.

El tipo de trabajo: los riesgos existentes, las situaciones de aislamiento, los trabajos fuera de la empresa…

Los turnos de trabajo.

La distancia (en tiempo real) de los servicios médicos externos.

Las posibles ausencias por enfermedad, vacaciones…

 

 

La formación del socorrista laboral

La formación del socorrista laboral debe basarse en las siguientes premisas:

Será voluntaria.

El socorrista deberá tener, además de los conocimientos básicos y generales, una formación específica en relación con los riesgos existentes en la empresa.

El socorrista deberá recibir cursos de reciclaje periódicos.

 

 

La formación del socorrista laboral se divide en tres grandes bloques temáticos: