Reacciones de los diferentes grupos de edad en emergencias y catástrofes. Orientaciones de apoyo psicológico
2. Reacciones de los diferentes grupos de edad a nivel cognitivo, fisiológico, emocional y conductual
2.1. Factores que determinan las reacciones
Las reacciones psicológicas y el comportamiento de las personas damnificadas dependerán de tres factores y de la interrelación entre ellos:
- La propia persona. La capacidad de la persona para resistir la tensión y afrontar la situación, así como en el contexto en el que se desenvuelve, serán determinantes en su comportamiento frente al desastre. Los aspectos más importantes son:
- Personalidad. Tener una buena regulación emocional, una buena autoestima y unos criterios morales sólidos ayuda afrontar mejor una situación de emergencia.
- Edad. A los niños les cuesta más comprender lo sucedido y racionalizarlo, lo cual aumenta su inseguridad, su angustia y el riesgo de desarrollar problemas emocionales o de conducta. En los adultos, la edad también influye en la manera de afrontar un suceso potencialmente traumático.
- Flexibilidad psicológica. Capacidad para adaptarse a una situación nueva o para sobreponerse a un acontecimiento negativo y, a partir de ahí, recuperarse, e incluso, reforzarse.
- Vulnerabilidad psicológica. Sufren más las personas ansiosas, las que están aisladas emocionalmente o las que no han tenido experiencias previas de este tipo. Las personas con problemas de salud mental previos pueden sufrir un nuevo brote o una recaída en situaciones de dependencia.
- Nivel socioeconómico. Delimitará su capacidad para sustituir sus bienes materiales perdidos o para obtener ayuda profesional.
- Apoyo social. Familiares, amistades y otras personas cercanas.
- Momento en el que se sufre el suceso. Si se añade a una crisis personal, laboral o familiar, le hará más vulnerable.

Imagen: Hombre. Licencia: Pexels
- Implicación en el suceso.
- Primer grado. Víctimas que los experimentan directamente.
- Segundo grado. Personas allegadas y familiares cercanos de las víctimas.
- Tercer grado. Integrantes de los equipos asistenciales (bomberos, personal sanitario, policías…).
- Cuarto grado. Otras personas afectadas por el suceso.
- Quinto grado. Personas especialmente vulnerables que conocen el hecho por referencia directa.
- Sexto grado. Las que no se encontraban en el lugar de los hechos por estar de viaje.
- Características del suceso.
- Causa del problema. Afectará de manera diferente si la causa es humana e infligida voluntariamente, que si la causa es natural e imprevisible. También les afectará más si no tiene una preparación previa sobre como afrontar ese suceso. Por ello la formación en autoprotección y la participación en simulacros facilita el afrontamiento de los riesgos y emergencias.
- Intensidad y duración del incidente.
- Tipo de pérdidas sufridas.
- La reacción de la comunidad. Reacción de la propia familia, de la comunidad y de la existencia de apoyo institucional. La familia o la comunidad viven la situación de un modo especial, distinto de como lo vives como profesional, y esa diferencia, puede impedirte apreciar la importancia de algunos factores que influyan en sus reacciones emocionales.
El factor social, tras una catástrofe, se convierte en un objetivo primordial, pues resulta imprescindible reforzar la sensación de pertenencia al grupo como medida de protección.

La reacción del ser humano ante un acontecimiento potencialmente traumático se manifiesta a través de diversas reacciones psicológicas acompañadas de alteraciones fisiológicas y motoras.
Son frecuentes reacciones emocionales de bloqueo, tristeza, rabia, llanto, enfado, odio, culpabilidad, incredulidad y negación junto con alteraciones físicas como la ansiedad, la hiperactividad o hipoactividad.
Todas ellas son respuestas normales a acontecimientos anormales y pueden mantenerse en los días o semanas siguientes al suceso.
Las situaciones de urgencia y emergencia son acontecimientos nuevos para casi todas las personas, por lo que algunas se comportarán de un modo desorganizado y poco eficaz.
Debemos entender que la mayoría de estas reacciones son normales para esa situación anormal.
Estas reacciones siguen el modelo de expansión-contracción:
- Expansión: muestra acciones exacerbadas, pensamientos desorganizados y comportamiento inquieto.
- Contracción: muestra una preocupación obsesiva y paralizante por el problema, rumiación cognitiva (pensamientos repetitivos acerca del sucesos, emociones restringidas y de evitación, actos escasos y poco espontáneos)