2.- Características psicoevolutivas en esta primera etapa y su relación con el entorno

Cuando hablamos de características psicoevolutivas del niño en estas primeras edades, debemos abordar diferentes ámbitos del desarrollo de la personalidad: cognitivo, psicomotriz, afectivo y del lenguaje tan importantes y necesarios para su formación integral.

Las capacidades del niño son muchas, aunque limitadas. Capacidad manipulativa, locomotora y de estabilidad; va construyendo esquemas de conocimiento por medio de la interacción con todo lo que le rodea y creando poco a poco su personalidad y su autoestima.

Está en continuo desarrollo biológico y psicomotor, aparecen primeros movimientos reflejos y va progresando en todas las áreas y ámbitos de desarrollo anteriormente mencionados.

etapas menores

En relación con su entorno más inmediato, el desarrollar iniciativas eficaces basadas en la prevención de los accidentes de tráfico requiere también comprender el comportamiento vial del menor frente al tráfico y su contexto, teniendo en cuenta que -igual que para otros colectivos-, el entorno vial -el diseño del tráfico en general y, también los comportamientos de otros usuarios de las vías- tiene poco en cuenta las especificidades de menores, mayores y otras personas vulnerables, es por ello que determinadas características propias de la etapa se pueden convertir en dificultades.

Con respecto a la estatura -110 cm a los 6 años aproximadamente-, implica una serie de limitaciones al observar el entorno, especialmente en lo relativo a la presencia de obstáculos, mobiliario, peatones, vehículos…

En relación a la visión, el campo visual es poco eficiente. No será hasta los 8 o 9 años cuando se desarrolle por completo. Captan el tráfico, pero no miran hacia aquellos elementos relevantes para su seguridad. El ángulo visual queda reducido a unos 80º a los 2 años y a unos 110º a los 6 años, frente a los 180º de los adultos, lo cual les obliga a girar la cabeza para detectar posibles movimientos en las zonas laterales, con el consiguiente aumento del tiempo de reacción.

La percepción auditiva infantil no es tan fina como en los adultos, pero son capaces de diferenciar los sonidos y establecer diferentes reacciones ante los mismos. No obstante, no detectan bien la procedencia de los mismos, lo que contribuye a ser un factor de riesgo importante. En niños menores de siete años aproximadamente, se observan problemas en cuanto a la localización de la dirección del sonido de un coche que se a próxima, especialmente si viene de su derecha o de su izquierda, por lo que es necesaria la confirmación visual para su reconocimiento.

Con respecto al desarrollo atencional, durante la infancia se desarrollan diversos mecanismos atencionales en función de la edad y su rol como peatón, no teniendo hasta aproximadamente los 5 años un control eficiente de la atención.

La relación espacio-temporal es muy estrecha en el movimiento de los vehículos que se desplazan en un espacio concreto y en un tiempo determinado.

La toma de decisiones es un proceso mental que está influenciado por numerosos factores y que en las primeras etapas de la infancia no está suficientemente desarrollado. Los niños no perciben correctamente ni la distancia ni la velocidad a la que se puede aproximar un vehículo. El tiempo que necesitan para procesar la información que les rodea es excesivo, la situación del tráfico puede haber cambiado antes de tomar una decisión, aumentando de este modo la posibilidad de cometer un error.

En relación con la lateralidad, hasta los 5-7 años los niños no tienen interiorizada la distinción entre izquierda y derecha-. No obstante, Heinrich y Langosch (1975) demuestran que la práctica totalidad de niños sabe que deben mirar a ambos lados antes de cruzar.