1. Los riesgos ligados a las condiciones de seguridad

1.3. Las herramientas

Muchas de las lesiones que se producen en los lugares de trabajo se deben a la utiliza­ción de herramientas, ya sean manuales o accionadas por motor.

Las herramientas manuales más utilizadas son: martillos, cinceles, cuchillos, hachas, te­nazas, alicates, destornilladores y llaves.

Los peligros más frecuentes asociados al uso de herramientas manuales se deben a:

Una inadecuada utilización de las herramientas.

La utilización de herramientas defectuosas.

El empleo de herramientas de mala calidad.

El transporte y el almacenamiento incorrectos.

 

 

 

Para controlar estos riesgos se pueden aplicar las siguientes medidas preventivas:

Seguir en todo momento las instrucciones indicadas por el fabricante o por el sumi­nistrador de las herramientas y las normas de seguridad de la empresa.

Seleccionar y emplear en cada caso las herramientas correctas para los trabajos a realizar, evitando emplearlas para otros fines.

Tener en cuenta las capacidades psicofísicas y las habilidades del usuario.

Adiestrar al trabajador en el uso correcto de las herramientas.

Transportar, almacenar y conservar adecuadamente las herramientas, retirando del uso las defectuosas o las que estén deterioradas.

No emplear herramientas de mala calidad.

 

Las herramientas a motor, que en muchos casos han desplazado a las manuales, im­plican la aparición de nuevos riesgos para el trabajador. Las herramientas a motor más peligrosas son: martillos neumáticos, taladradoras y motosierras.

Los peligros más importantes que se derivan del uso de este tipo de herramientas son:

Contacto eléctrico.

Contactos con elementos de corte.

Proyección de partículas.

Caídas.

Sobreesfuerzos.

 

Para evitar o minimizar los riesgos de las herramientas a motor es conveniente adoptar las siguientes medidas preventivas:

Tener en cuenta lo indicado para las herramientas manuales.

Adoptar medidas de prevención y protección contra los riesgos derivados de la energía utilizada por la herramienta (electricidad, aire comprimido, etc.).

Las herramientas eléctricas portátiles deben estar dotadas de doble aislamiento o bien funcionar con tensión de seguridad (24 voltios).

Frente a la proyección de partículas: la herramienta debe disponer de algún tipo de protección física (pantalla, resguardo, etc.) y, en caso necesario, el trabajador que la manipule dispondrá de los equipos de protección individual adecuados.

Para evitar las caídas: antes del inicio del trabajo, se deberá comprobar la estabili­dad del terreno sobre el que permanecerá el trabajador. No se apoyará todo el peso del cuerpo sobre la herramienta.

Para prevenir los sobreesfuerzos: dentro de lo posible, se deben evitar las posturas forzadas durante la realización del trabajo y el empleo de la herramienta para ope­raciones no previstas por el fabricante (por ejemplo: utilizar un taladro eléctrico a modo de palanca).