9. Programas de patios inclusivos y patios para la convivencia

Sostienen los expertos, si miramos más allá de esta situación puntual que nos toca vivir, que el patio “siempre ha sido y debería ser un lugar idóneo para relacionarse con el exterior, el aire, la naturaleza y para la relación social, el juego, el deporte y la convivencia”.

En este momento en que el alumnado ha experimentado el patio de manera limitada, en cuanto al espacio, las actividades y las relaciones, la vivencia de los grupos burbuja han propiciado un cambio en la utilización de los mismos que si bien ha reducido la conflictividad, también nos ha permitido un tiempo para reflexionar sobre su utilización.

El patio es un lugar donde se producen parte de los conflictos entre el alumnado, por ello debemos visualizarlo como espacio para el aprendizaje y conviene tener en cuenta varias características:

  • Imagen y confort, con mobiliario adecuado, espacios con sombra, debería ser un espacio que restaure emocional y físicamente al alumnado. Además, debe estar limpio y cuidado e implicar la corresponsabilidad de todos (alumnado, familias, profesorado, administración).
  • Accesibilidad y comunicación, con las aulas y el entorno.
  • Usos y actividades, debe ser un lugar polivalente que permita espacios de actividad física, de igualdad, de medio ambiente e inclusión.
  • Sociabilidad, sobre todo debe ser un lugar donde fomentar buenas relaciones del alumnado entre ellos y con el profesorado.

Alumnado participando en patios inclusivos

Imagen 27. Patios inclusivos. Elaboración propia.


Se busca dinamizar los patios escolares para que todo el alumnado participe en todo. Se habilitan zonas con diferentes actividades (juegos de mesa, actividades deportivas, otros juegos), espacios (patio, biblioteca, otros) y materiales, parte del alumnado mayor (5º y 6º Primaria), por turnos, junto al profesorado se encargan de organizar y dinamizar diferentes zonas con diferentes actividades en las que participan por igual niños y niñas; también se encargan, 5 minutos antes de terminar el recreo, de que todo se recoja adecuadamente. Se puede dividir el patio por zonas de colores o utilizar otras estrategias. También se puede dinamizar en las horas de comedor.

Estas actividades se realizan 3 o más días, hay que valorar el dejar días en los que el alumnado elija libremente la actividad a desarrollar.

Es importante evaluar las actividades (cuáles han tenido mejor aceptación, han sido menos conflictivas), el proceso (cuántas y cuáles se han realizado, si las personas implicadas han participado activamente), el impacto (¿realmente hemos conseguido un patio más dinámico y participativo?).

Una asignatura pendiente son los patios de Secundaria, todo lo anterior se trabaja cada vez más en Infantil y Primaria, pero no olvidemos que a la siguiente etapa acceden niños y niñas con 11, 12 y 13 años, niños y niñas que necesitan patios como los arriba sugeridos y que no siempre los encuentran en los institutos.

También es importante reflexionar sobre las diferentes posibilidades que nos ofrecen factores como el entorno rural y el urbano, la climatología, la ubicación del centro, … Solo así podremos crear patios donde se potencien las buenas relaciones y la inclusión de todos en las actividades que allí se realicen.

Guía para el desarrollo de patios inclusivos

Imagen 28. Guía para el desarrollo de proyectos participativos de transformación de patios escolares (2019)