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1. Introducción


En esta unidad introduciremos los conceptos básicos ligados a la construcción de la identidad, el género y las masculinidades diversas, entendiendo por obsoleto el modelo hegemónico tradicional (MMTP descrito en detalle más adelante). 

Aprenderemos e integraremos formas diferentes de ser, vivir y sentir por el hecho de nacer con un sexo u otro. En nuestro estándar social que vincula sexo y género no caben, por el momento, ni la diversidad ni la ruptura del modelo binario, heterosexual, patriarcal y discriminatorio.

A lo largo de las páginas siguientes, no solo desmontaremos los argumentos biologicistas y genetistas que siempre aparecen en un eterno retorno en el poso argumental popular (populismo), sino que desentrañaremos los modos de socialización primaria y secundaria que nos dividen a mujeres y a hombres y nos enfrentan, haciendo un especial hincapié en el proceso de masculinización y los valores y normas en que las identidades masculinas se diseñan y adoctrinan.

El Patriarcado se aferra al paso del tiempo y, como el capitalismo, elige permanecer cambiando sus formas y sus métodos de poder coactivo para estar siempre adaptado al momento. Pero no debemos olvidar que es una fórmula de poder que hunde sus raíces en más de 4000 años de nuestra historia en Occidente.

Ya llegó el tiempo para el cambio y el cuestionamiento del modelo de género impuesto por el patriarcado. Es tiempo de otras formas de ser hombre y de construir nuevas relaciones desde la igualdad real en derechos y oportunidades de vida, sin que importe el género al nacer.

El camino hacia la igualdad es y será complicado en el medio estructural en el que habitamos y hemos labrado y sembrado durante más de 4000 años y que está enraizado en nuestra cultura. El poder patriarcal premia a quienes son esclavos del sistema y castiga duramente a quienes se salen de los patrones de género establecidos de forma hegemónica, en particular a los hombres que rompen el acto de poder y privilegios.

Ser hombre y elegir un cambio justo hacia la igualdad requiere salvar dos barreras: una la estructural o política, al estar en el lugar de los privilegios y decidir conscientemente renunciar a ellos; y dos la personal y subjetiva, que requiere volver a inventarse a uno mismo sin referentes ni beneficios visibles. Renunciar al poder desde el poder no parece un proceso natural y, sin embargo, es esencial para que mujeres y hombres juntos ganen la batalla a las desigualdades y a las violencias machistas que las sostienen, también a una estructura política y económica que se fundamenta en la explotación de las mujeres y en la anulación de lo femenino y sus valores.




En mi caso, y en muchos hombres cada vez más, elegí este camino del cambio hacia la igualdad por un sentimiento profundo de justicia social y personal, por vergüenza a seguir apoyando la sumisión de las mujeres y la de algunos hombres no hegemónicos, por no comprender los privilegios que no elegí y que siempre llevan cargo a otras vidas y a la propia.

A continuación aparecerán diferentes maneras de acercarse a las subjetividades masculinas y cómo trabajar la igualdad con los hombres o, si se prefiere, desmontar el modelo masculino hegemónico y patriarcal para poder reinventar otras formas de ser y sentir como hombres en diversidad. Esto implica no solo hacer una revisión interna de identidad y lugar frente al mundo, sino además poner una profunda mirada en la forma en que los hombres se vinculan en la anulación de la violencia como elemento constitutivo de su identidad y en revisar críticamente cómo navegan en el universo de los cuidados que no aprendieron a ser.

También se incluye en estas unidades un resumen del Proyecto Ulises, el cual se ha venido desarrollando en centros de infantil, primaria y secundaria desde el año 2000, y en el que se trabaja con la prevención de las violencias machistas desde la mirada de las masculinidades en cambio hacia la paz y la igualdad a través de las sexualidades y el aprendizaje de los cuidados y los buenos tratos.