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¿Qué es y por qué hemos de buscar el empoderamiento femenino?

Empoderar es dar poder. Si hablamos de empoderamiento femenino, obviamente, es dar poder a las mujeres. 

¿Por qué dar ese poder? ¿A qué nos suena “eso de dar poder a las mujeres”?

Propuesta de reflexión: Te invito a la siguiente reflexión… pregunta en tu entorno: alumnado, profesorado y personas que no se dedican a la docencia, qué entienden por “empoderar a las mujeres”, sin debatir las respuestas que te den, y con la información obtenida, haz un análisis de la realidad que nos rodea.

Tras ello, visiona la siguiente entrevista


Empoderar no se trata de un poder sobre otras personas, empoderar es dar el poder que te corresponde como persona, sobre ti misma. Es ese poder que nos invita y ayuda a ser responsables de tomar las decisiones que nos competen y, después, asumir las consecuencias de lo decidido. Esa toma de decisiones ha de ser en igualdad de oportunidades con el resto de las personas.

Como podemos comprobar en nuestras aulas, el empoderamiento como la capacidad de estar en igualdad de oportunidades para tomar decisiones, de las que ser responsables, y asumiendo las consecuencias, es algo que podemos y debemos educar de forma consciente tanto para las alumnas como para los alumnos.


¿Por qué buscar el empoderamiento femenino como docentes?

Hemos visto en el párrafo anterior que el empoderamiento como tal es algo fundamental que debemos educar en el alumnado, sin tener en cuenta el género; sin embargo, no están en igualdad de oportunidades las alumnas y los alumnos, puesto que en el mundo no estamos en igualdad real de oportunidades las mujeres y los hombres.

 Empoderar es adquirir o reforzar las capacidades, estrategias y protagonismo en la propia historia; tanto en el plano individual como en el de grupo. Y en ello, la educación tiene un papel fundamental.

Una persona empoderada podrá ser autónoma y participar en términos de igualdad de oportunidades al acceso de recursos, reconocimiento y toma de decisiones necesarias para su vida personal, y como integrante de un grupo social.

El empoderamiento no es algo que se da “desde fuera”, es algo que se puede potenciar en la persona. Como todas las habilidades, valores y herramientas que conforman nuestra manera de estar en el mundo, solo se puede adquirir “desde dentro” de la persona.


La primera vez que se nombró el empoderamiento femenino en un documento oficial fue en las actas de la Conferencia de Pekín (1995).  Propuesta de reflexión: Puedes leer las medidas de la Conferencia de Pekín (1995) sobre educación, en el documento adjunto, y valorar cuáles están conseguidos en el entorno cercano de la población de residencia, de trabajo, centro al que se pertenece…

El empoderamiento femenino no es una “cuestión de mujeres” sino de grupo social. Es una cuestión que se debe trabajar desde todos los ámbitos y por todas las personas que creemos en una realidad en la que la discriminación de cualquier tipo no tiene lugar. En Beijing ya se puso de manifiesto que el empoderamiento femenino...

  • es fundamental para alcanzar la igualdad, el desarrollo y la paz.

  • es clave para erradicar la pobreza.

  • favorece la justicia social.

Si somos capaces de tolerar la discriminación, formamos parte de ella.

Por ello, no hay posibilidad de educar en el empoderamiento femenino sin trabajar en la promoción de la igualdad.