Promoción de la Convivencia Positiva en el Centro

6. Convivencia y acción tutorial

6.7. Criterio de asignación de tutores en Primaria y ESO

No todo el profesorado, ni en todos los cursos académicos, tiene las competencias necesarias ni la disponibilidad personal para ponerlas en acción. Hay momentos vitales que nos restan capacidad y que deben tenerse en cuenta en favor de la eficacia. Un profesor con un hijo recién nacido, que acaba de perder a su padre, que se incorpora por vez primera a la docencia o que está atravesando una situación personal delicada está en las mismas condiciones de lo que estaba el curso pasado. Tampoco requiere el desarrollo de las mismas competencias el tutorizar un grupo de alumnado de segundo curso de bachillerato, que a quienes se incorporan por vez primera al centro desde otra etapa educativa o quienes participan de programas específicos como PMAR, PAI, FPB, etc.

Si la convivencia positiva es requisito de una educación de calidad, debemos ser consecuentes con ello y elegir a las personas más capacitadas y en mejor momento personal, para hacerse cargo de las tutorías que requieren el desempeño de más competencias profesionales docentes.

Quien ejerce la tutoría debe ser alguien comprometido, empático, flexible y firme según el momento, asequible, con recursos y habilidades para manejar sus emociones, buen comunicador, amable y disponible para y con las familias.

Partiendo de estas premisas:

  • No se designa a quien no tenga horario completo en el centro, se descartan personas con jornadas parciales.
  • Preferiblemente profesorado que conozca el centro, sus costumbres e ideología. Alguien que lleve, al menos, un curso en el centro.
  • Mejor si esa persona va a tener continuidad en el centro.
  • Una persona comprometida y responsable.
  • Que imparta clase en el grupo y así pueda conocerlo bien, no solo en la hora de tutoría.
  • Dispuesto a trabajar los temas que se le propongan desde los servicios de orientación o jefatura de estudios.
  • En ocasiones se prefiere que la misma persona ejerza la tutoría en un ciclo completo porque ya conoce al alumnado y las familias y la labor resulta más cómoda. Se da con más frecuencia en Primaria y cuando las agrupaciones cambian poco o nada. En otras ocasiones se prefiere cambiar al tutor/a cada curso. Es una decisión del centro, depende de las posibilidades de mantener a una persona en la labor de tutoría y otras cuestiones como afinidad del grupo quien ejerce la tutoría. Ambas posibilidades tienen ventajas e inconvenientes y se debe valorar qué favorece más al alumnado.

Ser tutor o tutora no es sencillo y debería de haber una formación específica para ello en la que se incluyan habilidades sociales, gestión de grupos y manejo de emociones.